09 Feb Los murales de Montsegur: Las osadías de una Resistencia moderna y el regreso a su esplendor
Hace dos años se creó el Departamento de Restauración y Mantenimiento de Esculturas del Municipio de Resistencia, bajo la dirección técnica de la Fundación Urunday.
Pocas postales definen tan bien, tan icónicamente, la Resistencia artística, la Resistencia moderna como las fotografías de los murales de Montsegur en el marco frondoso de la plaza 25 de mayo.
Aparecieron a principios de los años ’60, que coincide con un despegue de Resistencia capital; una ciudad joven (este año cumplió 145 años) y por lo tanto, moderna. Y estos 6 murales en 3 paneles de cemento que conforman la obra “Génesis del Chaco” de Raúl Montsegur, son un perfecto símbolo del surgimiento de una ciudad artística.
¿Qué efectos habrá causado estos murales con figuras –casi no figuraciones- caprichosas, viva paleta de colores, generosos en simbolismos del Chaco? Debió ser impactante y –como todo lo poco conocido y no internalizado, amenazante; debió ser minuciosamente curioseado por la gente, debieron producirse debates de tradición vs nuevas poéticas. Pero la belleza natural de estos murales se impone ante el intelecto y debió enamorar a los resistencianos de los ’60, como sigue sucediendo…
Lo cierto es que Resistencia, la ciudad moderna, abría puertas al arte contemporáneo.
Y viene a cuento un relato hallado en el libro “Curiosas historias en la Historia del Chaco”, de María Cristina de Pompert de Valenzuela. Lo copiamos porque no tiene desperdicio:
(…) Se organizó la presentación de una tragedia griega “Agamenón”, de Esquilo, con la modalidad de teatro leído. La puesta en escena era algo desconocido en la ciudad y el espectáculo se llevaba a cabo con destino a todo el público interesado. Montado el escenario en la plaza central, junto al sitio en el que hoy se encuentran los murales de Montsegur, el público asistente se ubicó rodeando el tablado y guardando estricto silencio”.
“El tono enfático y las modulaciones con los que se leían los textos captaron totalmente el interés del público que inmerso en el clima creado, seguía atentamente la trágica trama. Mas cuando se llegaba al punto culminante del drama en el cual Clitemnestra da muerte a Agamenón, el absoluto silencio se rompió con una exclamación que salía del fondo de la concurrencia:
-O’manó Agamenón!”
(…) una carcajada unánime, surgida espontáneamente, casi puso fin a esta expresión cultural de matices trágicos en principio, que llegaba por vez primera al público chaqueño, grupo humano que recién se asomaba a expresiones de la cultura universal”.
Definitivamente, los murales de Montsegur, abrían el portal de algo nuevo en Resistencia. Y se bautizaba en guaraní.
UN HOMBRE QUE DEJÓ SU ALMA EN RESISTENCIA
Raúl Alejandro Montsegur, más conocido social, artística y deportivamente (era un gran náutico) como “Chinchín”. Nació en 1913, se educó en Francia, estudió pintura con André Lethe.
Amaba el río, literalmente, vivía en él. En 1943 construye su casa flotante, su hogar, botada al agua en 1944. La bautizó “Teresa Marina”. La balsa (¡revestida de boiserie!) tirada por un chinchorro con un motor V8, fue su hogar y su atelier, generoso de muebles y colecciones de objetos raros y hermosos que fue reuniendo con su esposa –Elvirita de la Torre- en las correrías náuticas.
Su muerte fue trágica, mientras realizaba una excursión en bote por un río, en la zona cordillerana, en el límite con Chile, el 30 de diciembre de 1963. Sus cenizas se lanzaron en un curso de fluencia rápida de las aguas del Delta, tal su deseo. “El río es una querencia, es una vivencia – dijo en reiteradas ocasiones – el río es mi verdadero maestro”.
Su labor como muralista comprende 30 murales.
Para Clara Nougués de Monsegur, quien arma una pintoresca biografía de Montsegur, de cuyos datos se alimenta esta nota, ” Su culminación artística, la alcanzó en Resistencia. En 1959, es invitado a esa ciudad por el “Fogón de los Arrieros” y por la Universidad del Nordeste, para dictar un curso y realizar exposiciones”.
Y es en la plaza central de la ciudad que realiza los 6 murales de nuestro interés.
LA OBRA
“Génesis del Chaco” comprende una serie de seis murales que están emplazados desde el 12 de octubre del año 1962 en la Plaza 25 de Mayo de la Ciudad de Resistencia.
Y la historia fue así: “En 1961 el Fogón lanza una nueva campaña de embellecimiento de la ciudad. La idea consistía en convertir al espacio público –veredas, parterres, etc.- en un jardín donde naturaleza y arte tengan real convivencia.
En ese contexto, el Fogón de los Arrieros invita a Montsegur a realizar los primeros murales a cielo abierto de la ciudad.
Como su nombre lo indica, “Génesis del Chaco navega por los mitos, las costumbres, los oficios chaqueños. Los murales fueron pensados no sólo para ser admirados desde muy distintos ángulos sino para que funcione como escenario de otras manifestaciones artísticas.
Los murales con todo su simbolismo identitario, se compenetra en el profuso paisaje natural; perimetran un espacio que invita a las otras artes a expresarse. El teatro, la declamación tuvieron allí una original tribuna y una artística escenografía. Al menos así fue antes que los modos y costumbres olviden de la belleza posible. Pero nunca es tarde y siempre hay que aguardar el renacimiento.
VOLVERLA A PUNTO CARAMELO
Ya de lejos se la ve a Elisa–es temprano y es bueno comenzar antes que empiece ea pegar fuerte el calor de este verano- caminando entre los murales con mirada crítica. La restauradora correntina conoce muy bien la obra Génesis del Chaco. Ya en el 2018 tuvo que restaurarla, ya se enamoró del “universo” de Montsegur, de sus figuras elegantes, sus símbolos; admiró sus colores que están recobrando la intensidad de los originales.
El exterior y el tiempo degradan las cosas. Y la alteración de los colores es una de las tareas principales de Elisa que logró el color exacto trabajando a partir de las fotografías blanco y negro de entonces, que fueron analizadas haciendo una comparación de valores . “Todo lo que es materia, envejece. Al restaurarse queda una ligera impronta del paso del tiempo”.
“Es…una magia estar trabajando aquí. Todo el tiempo vienen los pájaros… Esta fue una gran sorpresa y una gran curiosidad: Encontramos en uno de los murales una gran cantidad de besos, hechos con labial… Los murales te dan sorpresas pero es la primera vez que veo un acto vandálico con amor”.
El hecho invita a reflexionar sobre la función del restaurador. Es legítimo respetar esos besos amorosos hechos con la complicidad de la noche… ¿No son ya una marca legítima y que suma a la historia de la obra?
“Hay decisiones que toma el restaurador”, dice Elisa.
En su intervención del 2018 se las vio brava Hubo muchos años de la plaza con oscuridad y uno de “los migitorios a mano” eran estas paredes murales. “Hasta un metro el amoníaco estaba encapsulado. Y también tenía grafitis”.
Respecto a cómo vive esa intimidad con el artista hurgando en el fondo microscópico, por así decirlo, de la obra; conociendo a fondo y en detalle los recorridos de sus líneas, su estética; respecto a cómo es esa convivencia cotidiana con el objetico de recobrar su resplandor, como un doctor devolviendo la salud y la juventud… “Yo lo comparo con hijos adoptivos… El afecto que uno toma por más tediosa que haya sido la labor -como el clima-; por más gran demanda de un esfuerzo físico, al final, como que siempre, falta algo más… Cuesta dejarlo ir…”.
-Y sí, seguramente surge una suerte de conexión importante, un lazo con el artista, una compenetración profunda con la obra
-Siempre, antes de comenzar el trabajo pido permiso al autor. Deseo que el trabajo sobre la obra concluya reivindicada, valorada. Yo soy solo una mediadora.
No queremos olvidar de comentar que Elisa Martínez, además de ser de la vecina orilla, es profesora de artes visuales, museóloga y restauradora de obras de arte, con una amplia trayectoria, habiendo participado de obras como la restauración del Teatro Colón de Buenos Aires, la Iglesia de San Francisco, el Palacio Legislativo y la iglesia de la localidad de Santa Ana en Corrientes, entre otras restauraciones.
-Qué, sobre todo, le gusta de estos murales?
-Acá está el compendio: arte, cultura, identidad, paisaje.
PUESTA EN VALOR
La Fundación Urunday fue convocada por el municipio para gestionar esta intervención en el marco de la puesta en valor del patrimonio artístico de la plaza.
Cabe recordar que el Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Fundación Urunday está integrado por un equipo diplomado universitario en conservación y restauración de bienes artísticos (UNNE). Recibe permanentemente capacitaciones a través de una red de asesores especialistas en diferentes campos.
Cuando un proyecto de restauración o intervención lo amerita, todos los perfiles que sean necesarios son incorporados como en el caso de la restauradora Elisa González.
De gran importancia, entonces este departamento que está hoy en la misión de restaurar casi 20 obras artísticas de gran valor patrimonial que tienen su hábitat en la plaza 25 de mayo. Los murales de Montsegur son de esa familia.
Y CUENTA LA LEYENDA…
Lo cierto es que la inauguración de los murales de Montsegur fue una gran fiesta donde se escucharon los poemas de Alfredo Veiravé, “Génesis del Chaco”, inspirados en los murales . La Fux –una diva de la danza- los bailó y decíamos, que se abría el portal a una nueva Resistencia.
Como corolario, compartimos el poema que abrió aquella tan artística noche:
1.Introducción o principio
En el principio el ritmo, el río milagroso
La víbora de agua con sus metales suaves,
El brillo de la escamada espina resinosa.
El sol desde el principio mirando desde el cielo:
El Ojo que revela un orbe meridiano.
El disco original. La hoguera más dichosa.
Oh fuego germinante pastor del mediodía.
A todos los abraza este héroe del verano
En el principio el ritmo
Y en el principio el sol