22 Ago Esperando a Miguel Ángel
La Fundación Urunday propone un repaso cronológico de las etapas del proyecto que se concreta. Dos eminencias del arte escultórico nacional, Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti, abordan la historia del David.
Incorporar esta réplica a Resistencia, la Ciudad de las Esculturas, fue uno de los últimos desvelos de Fabriciano. Primero fue una tímida idea compartida con amigos y colegas escultores, pero pronto tomó vuelo propio y se convirtió en un proyecto muy próximo a cumplirse. Tras analizar la factibilidad artística y resolver cuestiones legales, la Fundación Urunday empezó a trabajar en las particularidades.
El intercambio entre Fabriciano y Rubén Betbeder -director ejecutivo del Museo Ernesto de la Cárcova, de la Universidad Nacional de las Artes- por el calco chaqueño se inició en marzo de 2020. “Me llamó diciéndome que venía a Buenos Aires y que tenía mucho interés en hablar conmigo. Yo no le pregunté de qué se trataba la conversación. Le dije sí, Fabriciano, encantado, con muchísimo gusto”, recuerda el funcionario de la institución donde está el primer calco del David en la Argentina.
“Comenzamos a tener las primeras reuniones y los aspectos técnicos iban a ser de orden tradicional. Desde un primer momento veíamos la viabilidad del proceso, hasta que descubrí la intervención que debía hacérsele a la pieza: cargarle seiscientos kilos de resina”. Rubén explica los cuidados para preservar el calco que recibió la Argentina como regalo por el centenario de la independencia. Y cuenta: “Fue ahí cuando comuniqué a Fundación Urunday que era imposible realizarlo. Que si ellos accedían a buscar otras opciones, como el 3D, quizás se podría llevar a cabo”.
Así empezó la búsqueda colectiva de empresas para realizar una copia tridimensional y apareció Dryada Estudio, con la particularidad de que las dueñas son dos escultoras, una formada precisamente en Arte Visuales de la UNA. “Esto garantizaba que las escultoras manejaran la producción con la minuciosidad que se necesitaba. Entendíamos que había otra visión, otra mirada y tal vez hasta otra propuesta para unir la sensibilidad artística con la tecnología”, subraya Betbeder.
Una obra en diálogo
El primer encuentro de la sociedad con el David fue en Florencia, en la Piazza della Signoria, en 1504, y ese conversatorio duró siglos. Allí comenzó una historia que pertenece a la civilización entera. Años transcurrieron en los que la pieza fue testigo de debacles políticas y rebeliones sociales; fue apedreado, cercenado, pero también fue enaltecido en relación con su espacio: es testigo eterno de la historia de la humanidad.
Nuestro David, el calco que muy pronto llegará al Chaco, también va a tener un diálogo fluido, una instancia de comunicación sin igual, asegura Betbeder. “Siento que el David va a estar como en su casa, en el sentido de que va a tener la compañía de cientos de esculturas, de cientos de expresiones artísticas y de cientos de miradas diferentes. Va a ser un lugar excepcional… Ese predio con todas las demás esculturas donde cada dos años los artistas transforman una chapa, un mármol, un granito. Ese espacio maravilloso que tiene la Fundación Urunday donde se emplazará el David -como un personaje mágico, observando al público y también a sus colegas contemporáneos- será un acierto sin precedentes y se convertirá en un hito para Resistencia”, adelanta.
Una visión política
El proyecto de este emblemático emplazamiento contiene en sí diferentes lazos, diferentes comunicaciones, que develan una sola tarea: la construcción colectiva hacia una democratización concreta del arte. Antonio Rodas -senador nacional del Chaco- forma parte de esta epopeya, de este trabajo en conjunto por la sociedad chaqueña. El 9 de mayo de 2022, el legislador se encontró con integrantes de la Fundación Urunday y con Betbeder, a quien brindó un reconocimiento como ciudadano ilustre por la labor desempeñada en el aspecto cultural y artístico. Además de un recorrido por el predio del MuSEUM, el encuentro selló las intenciones de ambas autoridades quienes venían trabajando de manera conjunta junto a la fundación y el Museo de la Cárcova para lograr gestiones pendientes del proyecto.
“Siento orgullo por formar parte de este proceso y de este gran equipo para lograr uno de los últimos sueños de nuestro querido Fabriciano Gómez, con quien hablamos sobre la importancia del aspecto social del arte. Es incalculable el valor que tiene que cualquier persona, jóvenes, niños y familias, tengan la posibilidad de acceder a esta obra ícono del arte mundial”, señala el funcionario.
Hoy, a pocos días de la llegada del calco del David de Miguel Ángel que viene a vivir en Resistencia, se ratifica la premisa de la Fundación Urunday, que dice: “Hacer del arte un bien de todos”.
Historia del calco en la Argentina y el mundo
Por Juan Carlos Visconti *
Hay tres etapas en el calco: una que va desde el siglo XV hasta, aproximadamente, los años 1950-1960, fecha en que aparece la silicona, lo cual alivia y favorece la realización. Posteriormente, en la década del ´90, con la aparición del escáner y la tecnología 3D, se abre un mundo diferente.
Los calcos existen desde tiempos inmemoriales. A partir del siglo XV, en el Renacimiento, son utilizados por los escultores; luego lo usa la corte y, más adelante, lo empiezan a usar los reyes. Empieza a tener cierto auge a partir del 1800 y, con la utilización práctica que le dan los escultores, aparece la restauración como disciplina. El calco cobra importancia porque es la manera de conservar la memoria concreta de la escultura. Los originales no son fáciles de transportar, mucho menos una obra como el David, de más de cinco toneladas y media, que está todo en un solo bloque de mármol, obra que nunca va a salir de Italia.
El calco, históricamente, funcionó para el aprendizaje tanto de los escultores como del ciudadano común. Esto de poder ver en tres dimensiones una obra, saber cuánto es el volumen con respecto al espacio y demás, es fundamental. Desde la parte educativa la innovación es indispensable y por parte de la conservación también. Hay un montón de obras que, por vandalismo o circunstancias de otro orden, son continuamente deterioradas y una manera de conservarlas es, resguardarlas en un museo y suplantarlas por un calco, que es la técnica común aplicada en el presente.
Durante la II Guerra Mundial, Berlín fue bombardeada y muchos calcos resultaron dañados. Entre ellos, un calco maya del que nosotros poseíamos en el Museo de la Carcova nuestra propia copia. Además, el original estuvo en México expuesto mucho tiempo a la intemperie, sufriendo un deterioro grande. Es entonces que recuerdo la visita de un antropólogo de Ecuador que estaba emocionado hasta las lágrimas, porque de pronto había visto en este calco detalles que se habían perdido del original.
Todo esto vuelve al calco un símbolo irremplazable para la educación, la conservación, la restauración, y ahora también con estas nuevas técnicas como las que están empleando en el David para llevarlo a Resistencia. Con la aparición del escáner y las impresoras 3D se abre otro mundo completamente diferente. Hay que pensar que un calco y los moldes para hacer ese calco, tanto como para almacenarlos, se necesitaban barracas gigantes y ahora es suficiente una simple base de datos.
* Egresó de las escuelas nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano, Prilidiano Pueyrredón y de la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova instituciones donde luego se desempeñó como docente. El Fondo Nacional de las Artes y la Embajada de Italia le otorgaron la beca “Francesco Romero” en la especialidad Escultura, cursando estudios en la Academia de Florencia y de Carrara. Recibió premios y distinciones por su labor gráfica y escultórica. Participó en numerosas muestras colectivas.
David social, histórico y religioso
Por Oscar de Bueno *
Hay que entender, de a poco, la importancia de la llegada del David a Resistencia. ¿Por qué esta obra? ¿Por qué Fabriciano tuvo este sueño que por suerte se está concretando?
Esta obra en principio tenía por finalidad representar una escena bíblica del Antiguo Testamento: David en su adolescencia, enfrentando al gigante Goliat, el guerrero que dominaba su pueblo. ¿Cómo lo venció? Lo venció con cinco piedritas, inteligencia y valentía. Miguel Ángel representa esta escena bélica de otra manera. Todos los escultores encarnaban el momento posterior a la victoria, es decir, ya con la cabeza cortada y David con la espada. Porque después que lo vence, lo noquea con la piedra y la hondera, y le corta la cabeza. Pues bien, Miguel Ángel lo reproduce de otra manera. Lo representa en el momento previo a la pelea, por eso la tensión.
Ahora, esta obra cobra importancia porque deja de ser algo bíblico-religioso y se transforma en una obra cívica con peso político. La obra iba a ser emplazada en la Catedral de Florencia. Cuando ven la envergadura de la pieza en aquel momento político -pensemos que esta obra se la encargan a Miguel Ángel cuando regresa a Florencia después que los Medici son destituidos y se establece la democracia- deciden emplazarla en la Piazza della Signoria. Entonces el David deja de ser algo meramente religioso y se transforma en una obra civil. El David representa la democracia, representa la belleza interna del ser humano, pero también representa la belleza de Florencia.
Es por eso que, en aquel momento, se armó un comité de 30 personas constituido por personalidades como Sandro Botticelli y Leonardo Da Vinci, entre otros. Hubo debate por ver dónde lo emplazaban y propusieron la Piazza della Signoria frente al Palazzo Vecchio, es decir, salió del centro neurálgico religioso que conllevaba la catedral e iba al centro del poder cívico. Miguel Ángel apoyó la idea y así se concretó. Estuvo allí hasta fines del siglo XIX y en 1870 fue trasladada al interior de la academia, donde se lo puede ver hoy.
* Profesor Nacional de Escultura (Medalla de Oro), licenciado en Artes Visuales – Escultura (CUM LAUDE) y Profesor de Arte en Artes Visuales. Ha participado en muestras y eventos de escultura. Dicta cursos y seminarios en Argentina y ha integrado jurados en certámenes oficiales y privados. Poseen obras suyas colecciones oficiales y privadas. Algunas otras obras se encuentran también emplazadas en espacios públicos de las ciudades de Buenos Aires, Resistencia, Mar del Plata, General Roca, San Martín de los Andes, San Bernardo y Cipolletti.