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La Fundación Urunday recibió “El Sol de Plata” del Rotary Club de Buenos Aires

En la tarde de ayer, la Fundación Urunday fue premiada con “El Sol de Plata”; en un significativo evento que se llevó a cabo en el salón “Dorado” de la Legislatura Porteña, donde se desarrolló el tradicional acto de entrega de premios anuales, otorgado por el RCBA. “El Sol de Plata” es un importante reconocimiento entregado por el Ateneo Rotario, una institución creada en 1966 que prestigia desde entonces al Rotary Club a partir de su agenda cultural, de la cual esta premiación anual a instituciones y personalidades destacadas del país es una de sus mayores actividades. Además de “El Sol de Plata” se entregaron los premios “La Rueda Rotaria” y los premios “Laurel de Plata a la Personalidad del Año”. La Fundación Urunday fue distinguida por el gran trabajo que lleva adelante para la cultura chaqueña desde la Bienal de Internacional de Escultura, con la que logró posicionar al Chaco dentro de los circuitos internacionales del arte.

 

“Los premios son un estímulo, a veces buscados y otras no. Este “Sol de Plata” fue una gran sorpresa para nosotros, una gratísima sorpresa”, destacó Fabriciano, quien consideró como un doble premio el haber sido reconocidos “por hacer lo que nos gusta. Y que haya instituciones que los otorguen con convicción y honestidad es un privilegio en las sociedades.”

Fabriciano resaltó que la distinción “El Sol de Plata” fue otorgado a la “Bienal de Escultura del Chaco – Fundación Urunday” por su contribución a la cultura y difusión de las bellas artes, logrando integrar al Chaco en los circuitos internacionales del arte. Agradeció además a “todos los que nos acompañaron en algún momento de nuestra vida como fundación y a quienes estuvieron pero ya no están: Reinaldo Martinez y Efraín Boglietti; nosotros sentimos que siguen siempre a nuestro lado. También a nuestros equipos de trabajo permanente por su compromiso e incondicionalidad, a los Mecenas y a nuestros queridos voluntarios, y especialmente al Rotary Club de Buenos Aires por este halago y cálido abrazo, pero sobre todo, gracias por su incansable y comprometida labor para mejorar la calidad de vida de la humanidad. Agradecemos y valoramos el aporte de todos.”

 

Apostar a la cultura 

La Fundación Urunday se creó en 1989, un año después del 1er Concurso Nacional de Esculturas en Madera al Aire Libre que se llevara a cabo en la Plaza 25 de Mayo de Resistencia. “Los miembros del Comité Organizador de ese primer Concurso fueron prácticamente los mismos que constituyeron esta Fundación. Cinco de nosotros, después de 30 años, seguimos juntos, los otros se incorporaron luego”, recordó Fabriciano. “Ellos son los jóvenes en quienes confiamos que puedan continuar esta tarea. Estamos felices de poder decirlo porque son muchos años para que un grupo humano, constituido con personas que tienen diferentes actividades, ideologías políticas y religiosas, pueda mantenerse junto. Es evidente que coincidimos en la esencia de nuestros principios, en los objetivos trazados y en el cariño sincero. Sabemos que esto es lo que nos mantiene unidos”.

Fabriciano destacó que un ingrediente no menor es disfrutar de la tarea que llevan adelante por propia voluntad, con un gran espíritu de servicio. “Nuestra recompensa es vivir en esta tierra en la que habita un pueblo diferente, un pueblo que convive con el arte y lo respeta, resaltó.

 

Para Fabriciano, los jóvenes y los niños son los privilegiados, pues han pasado tres generaciones que vieron nacer obras de arte, pudiendo comprender el milagro de esas nuevas vidas, el esfuerzo de sus autores para concretarlas y la gran satisfacción de contemplarlas todos los días en una vereda, en un boulevard o en un parque de la ciudad. “Ver el proceso de gestación permite valorar y respetar su resultado; cerrándose, de esta manera, un circulo del cual es muy difícil salir con indiferencia hacia la obra de arte”, destacó.

Añadió luego que dentro de la comunidad de escultores del mundo que participan de estos concursos al aire libre, la Fundación Urunday está muy bien conceptuada. “Esto nos reconforta porque sabemos que es el fruto de una intensa tarea que comienza dos años y dos meses antes de la próxima bienal, en la que se compromete mucha gente, muchos voluntarios.”

Además, la Bienal del Chaco es una actividad que suma a múltiples otras expresiones artísticas y culturales, que tras tres décadas se ha conformado como una marca de la identidad chaqueña.

“Podemos decir con satisfacción que cinco centenares de artistas han pasado por el Chaco y más de 600 esculturas habitan la vía pública. En el corazón de este círculo virtuoso de creación y patrimonio, la gente intima y se involucra en el proceso de gestación de la obra, disfruta del arte y lo valora… y esto también es un Premio”, finalizó Fabriciano.